Eliminar la grasa es una de las obsesiones más grandes en algunos deportistas, sin embargo, al pensarlo detenidamente, es imposible arrancar todo rastro de grasa en nuestro cuerpo, pues el organismo necesita como mínimo un 10% en hombres y un 13% en mujeres.
No toda la grasa que se acumula en el cuerpo se almacena de la misma forma, la diferencia está mayormente en el género y en los genes, por ejemplo, los hombres tienden a acumular una gran cantidad de grasa en el abdomen, mientras que las mujeres mantienen una cantidad mayor en la zona de la cadera.
Dependiendo de dónde se encuentre esta grasa en el cuerpo se puede distinguir entre tres tipos:
Grasa visceral – Se acumula en la zona del abdomen y se coloca entre los órganos.
Grasa periférica – Se acumula en las extremidades, es decir, en los brazos y piernas.
Grasa intermuscular – Se encuentra entre las fibras de los músculos en una cantidad menor a la de las otras dos.
¿Cómo es posible eliminar cada tipo de grasa?
La única forma de reducir la grasa en cada zona del cuerpo es realizando ejercicios específicos para cada una de ellas:
Entrenamiento de fuerza: el entrenamiento de fuerza junto a una adecuada alimentación, aumenta nuestra masa muscular. Por cierto, también es el mejor quema grasas que existe.
Entonces, ¿si quiero perder grasa en las piernas debo centrarme sólo en ejercicios para las piernas? No, pues esto es un error muy común. La grasa se elimina de todo el cuerpo en general, y no es posible eliminar grasa con procedimientos no invasivos como el ejercicio.
Entrenamiento cardiovascular de alta intensidad: La ciencia dice que los entrenamientos de HIIT combinamos con esfuerzos cortos pero intensos, y con descansos o recuperaciones un poco más largas nos ayudan a mantener la masa muscular y a aumentar el metabolismo incluso cuando terminamos de hacer ejercicio. Combinarlo en 2 o 3 sesiones semanales con el entrenamiento de fuerza es ideal para ayudar a eliminar la grasa corporal.
Modificar nuestros hábitos de vida: Recordar que de nada sirve pasar una hora en el gimnasio y otra más corriendo en el parque si lo que resta del día lo pasamos sentados. Cambiar nuestros hábitos de vida y volvernos mucho más activos hará que los cambios que queremos ver en nuestro cuerpo sean mucho más rápidos.